Es un pionero que no registra de mayores referencias. Se juzga que guardó para sí toda su experiencia vivida en la selva del Perú. No existen documentos, ni lo antiguos pioneros recuerdan mayormente su paso por el departamento, no obstante haber instalado la primera imprenta. Lo poco que se conoce de su trayectoria, se circunscribe a simples anécdotas y especulaciones.
Sin embargo, se a obtenido un manuscrito de don Miguel Salas Sakiche, un vecino de Nauta, quien fuera su leal compañero desde los inicios de su recorrido; este documento contiene valiosas informaciones que requieren de un análisis e investigación para verificar fechas, lugares, personajes y sucesos acaecidos. Es una tarea ardua que tienen los estudiosos e historiadores de indagar sobre su ingreso y permanencia en el departamento
Don Antonio Ipinza Vargas, nació en Tarapacá, cuando aun era territorio peruano. Sus padres comerciantes de ocupación, sufren la consecuencia de la guerra del Pacífico, lo que determinan la conveniencia de enviar a su hijo a Trujillo para que prosiga sus estudios. Durante cuatro años estudia en la facultad de Medicina.
Un día al ingresar a un bar contempla a unos ciudadanos turcos que se repartían el dinero a raudal y al acercarse, le manifiestan que ese dinero lo habían ganado trabajando el “Palo de Rosa” en la selva de Loreto y que era el final del trabajo, debido a una Ley que había decretado el Gobierno prohibiendo a los extranjeros para explotar dicha materia.
A los 22 años de edad, con la ilusión y entusiasmado deja la universidad y con la ayuda económica de su padre, arma la expedición.
Conoce a Lauro Díaz, quien tiene una concesión en Loreto y se ponen de acuerdo para trabajar a porcentajes, a su vez éste le presenta a Urquiza, conocedor de estos encargos.
El 12 de marzo de 1885, parte de Trujillo con destino a Iquitos.
En esta localidad se aprovisiona de víveres, armamentos, acémilas y contratación de personal entre los que se encuentra Manuel Hidalgo y Manuel Lima.
Permanecen poco tiempo en Nauta, ante la escasez del “Palo de rosa” y la “balata”, debido a la intensa explotación emprendida por anteriores exploradores. Y así va recorriendo Requena, Contamana y Sepahua, donde llega a acopiar toneladas de la materia prima para su exportación a Europa.
Cuando llega a Nisahua, establece su campamento de operaciones, comisionando a sus hombres para explorar territorios hacia el sur. Una de las comisiones que regresa le comunica que habian encontrado un río que algunos lo denominaban “Magno” o “Grande”; otros “Matu”, “Manitata” y “Tatamanu” y que en sus orillas, ciento de exploradores están trabajando una nueva materia prima, que para él era desconocida: el caucho.
En unos apuntes de Miguel Salas Sakiche, describe un documento que asevera le dio el Presidente José Pardo, que dice: “El Presidente Constitucional de la Nación del Perú, José Pardo autoriza al ciudadano Antonio Ipinza Vargas a ocupar desde la boca de río Tambo hasta el río que hoy es el río Amigo; no hay limites con Bolivia, va como guardián por falta de limites”.
El año de 1894, transcribe otro documento, que a la letra dice: “Yo boliviano ocupe un lugar en esta región sin saber que era Perú, trabajé 3 años y 6 días, pues me comprometo a pagar los derechos en caso la ley peruana me sancione y yo como peruano recibo el lugar que menciona el ciudadano boliviano, esto para fines que convenga al gobierno peruano y firmamos dicho documento el día 14 de enero de 1894”. Antonio Ipinza Vargas. Jesús Hurtado Vaca.
Al seguir leyendo su manuscrito, nombra a antiguos pioneros, que tuvieron alguna relación de trabajo con Antonio Ipinza, entre ellos están: Sebastián Amuruz, Alfredo Fuller, Jorge Trigoso, Carlos Fuller, Ernesto Rivero, Calixto Wiess, German Diaz, Ruben Ramírez, Baldemar Becerra, Juan Tanchiba, Alberto Tenazoa, Jose Cahique, Miguel Macahuachi, Segundo Sandoval, Manuel Irarica, Oscar Bocangel, Alejandro Balarezo, Santos Erpillo, Luis Maytahuri, José Maria Vela, Fermin Dávila, Arturo Menacho, Augusto Jiménez Seminario, Bernardo Cardozo, Manuel Acosta, Diego Segura, Justo Besada, Faustino Pinedo, Víctor Hoyos, Cesar Mejia, Salvador Cumapa, Manuel Sánchez, Gumersindo Vega y otros.
Después de recorrer distintos lugares del departamento por catorce años, se instala en Shiringayoc, el 20 dediciembre del 1899. Lo asigna con este nombre al encontrar un árbol de shiringa en la quebrada. Trabajó durante 25 años, preocupándose por la educación de los hijos de su personal, creando Escuelas en Shiringayoc, Ingavi, Buyuyo y Lago Bay. Instaló la primera imprenta a pedal, editando el periódico “El Oriente”, cuyo tema central, era de índole económico. En el Fundo Santa Elena ubicado en Las Piedras cultiva el algodón.
Fue Alcalde de la Provincia de Tambopata, el año 1921, siendo el tercero en la historia de Madre de Dios. El 26 de marzo de 1924, viaja a Buenos Aires - Argentina, por asuntos de
negocios; sorprendiéndole la muerte en esa ciudad. Sus hijos: Antonio, fue diputado y Roberto desempeño distintos cargos en la administración pública.